Cuando comenzamos a conocer Corea la mayoría de nosotros nos sentimos un tanto perdidos. “¿Por qué hacen esto? Eso está mal. No me gusta. En mi país no decimos cosas así…”.
En esta entrada he querido incluir algunos de los puntos que llaman la
atención de Corea a ojos de un occidental, destacando nuestras
diferencias e intentando comprenderlas.
Corea, su cultura, sus costumbres… son en su mayor
parte radicalmente a las de nuestros países. Como sociedad sigue
basándose en los principios confucionistas, es una sociedad cerrada,
están orgullosos de sí mismos y a la vez tienen cierto complejo frente
al occidental, beben, se arreglan y disfrutan de modo diferente al
nuestro. Son diferentes. O más bien, somos diferentes, después de todo a
ellos les llama la atención otro tipo de costumbres nuestras.
Distintos, pero no por ellos mejores ni peores.
A continuación tienes una serie de “realidades” que,
aunque nos choquen (o chocaran), debemos aceptar de Corea. Por supuesto
podemos criticarlas y pensar que si cambiaran el país podría ser mejor,
podrían ser más acordes a nuestras costumbres (que tampoco son
perfectas, pero son nuestras). Pero así son los coreanos y así es Corea,
llena de diferencias culturales que nos hace conocer y asimilar otro
tipo de vida diferente al nuestro.
La enorme importancia de la imagen:
Estoy segura de que muchos asocian Corea del Sur con
la cirugía estética, más incluso de lo que merecen. Después de todo es
el país del mundo con mayor tasa de intervenciones: 74 por cada 10.000
habitantes, principalmente de doble párpado, una pequeña y sencilla
intervención que cambia muchas cosas. La imagen es tan importante en
Corea que obtener empleo o no en buena parte depende de lo bonita/o y
bien vestida/o que vayas. Los coreanos, especialmente mujeres, se
adhieren a las presiones sociales y estas operaciones de mejora son casi
consideradas de “superación personal”. Pero como es obvio, no debemos
pensar que todo el mundo está operado, no todas las chicas tiene
retoques.
También la moda es extremadamente importante: las
marcas, el renombre, el tener un bolso, una chaqueta, un pantalón… más
caro, mejor, más “elitista” que el vecino. La vanidad es una parte
importante de Corea.
Hacer ostentación del dinero:
Esto está relacionado con lo anterior. Mientras en mi
país, por ejemplo, ser ostentoso, presumir de riqueza está mal visto y
solemos tildar al que lo hace de “imbécil”, en Corea esa ostentación
abre puertas. Siempre he pensado que ese tipo de comportamientos
muestran una clara inseguridad, y creo que en Corea no es diferente,
aunque en este caso es algo social y general. Realmente allí es un modo
de vivir, quien tiene más está mejor visto y es mejor tratado, los
raseros de medida son diferentes según el dinero que tengas. Si el ideal
de la mujer es ser bella y perfecta, el del hombre es tener un balance
financiero alto. Un hombre que se ha hecho a sí mismo y ha ganado dinero
es genial, pero es aun mejor si tienes un gran negocio heredado de tus
padres. Los cochazos, los trajes de marca y los relojes caros te
sentarán aun mejor. Corea, hoy por hoy, es puro capitalismo y
consumismo.
El ideal de belleza es la piel clara:
Sin más. No hablamos de racismo, sino de estándar de
belleza. Si aquí estar “morenita” es un punto extra, allí lo es estar
“blanquita”. Tener piel morena es sinónimo de sensualidad, mientras que
tener la piel clara lo es de inocencia y belleza. Es tener imagen de
“pureza”. Decirle a alguien “piel de leche”, incluso no
siéndolo, se considera uno de los mejores piropos en Corea.
Hablar de “negros” y pintarse la cara:
La corrección política domina nuestro mundo, no
podemos decir ciertas cosas por el qué dirán, y uno de los temas más
delicados es el color de la piel. A menudo nos hemos encontrado con
casos en el mundo del entretenimiento en el que se han encendido “las
alarmas”. Un programa representando a indígenas con las caras pintadas
de negro, un idol que sube una foto con la cara pintada, la frase de un
cantante hablando de su deseo de hacer “música negra” y tener “black
soul”… ¿Puede considerarse racismo? No lo es en Corea. La imagen que se
tiene de los indígenas es que son de piel oscura, no está mal pintarse
la cara (sería como decir que el rey mago Baltasar que sale en mi pueblo
es racista porque se pinta la cara, ¿posiblemente lo sea para alguien
de color?), se llama música negra a cierto estilo musical y el “alma
negra” muestra su admiración hacia ese estilo. ¿Hay algo más? ¿Hay
racismo en esas afirmaciones? No para ellos. Aun así, ¿es Corea una
sociedad racista? En buena parte.
Obsesión por el 1er amor:
Es inevitable, salvo contadas excepciones, los
protagonistas de los dramas se quedarán siempre con su primer amor. No
importa si se conocieron en la niñez y estuvieron 2 décadas sin verse,
da igual, volverán a enamorarse. La importancia del primer amor está tan
idealizada, que nunca se olvida. Ese primero amor es puro e inocente,
cualidades que, como dijimos en uno de los puntos anteriores, priman en
Corea. En los últimos años Suzy se ganó el apodo de “el primer amor de
la nación” (국민 첫사랑) que antes tenía Jun Ji Hyun, y esa descripción
mostraba todas las cualidades del mismo: ellas tenían una imagen ideal,
pura, inocente, natural y llena de buenos sentimientos. Y esa misma
imagen las hizo populares y queridas.
La importancia de la edad y su extraña forma de contarla:
La juventud es un factor importante en todas las
relaciones personales en Corea. Si bien el respeto hacia el mayor es
predominante, el hecho de ser joven y “fresco” en Corea es un grado a
favor. Cuanto más joven, mejor piel, más puro y más espontáneo, y
conforme se cumplen años es común escuchar eso de “estoy envejeciendo,
mi cerebro no es el mismo, mi piel ya no es lo que era”, aunque solo se
tengan 23 años.
Además nos vuelven locos con su sistema propio para
contar las edades: ya no solo somos “mayores” con nuestras edades
reales, sino que añadimos 2 años a la cuenta: en Corea ya se nace con un
año y con cada entrada de año ya se cuenta el año a la suma. Y esto en
una sociedad donde prima lo joven, es una catástrofe…
Bebida como modo de relación social:
Corea es el país más bebedor del mundo. Si se está triste, se bebe. Si hay algo que celebrar,
se bebe. Si se quiere pasar el rato con amigos, se bebe. Si se quiere
“animar” a la novia, se bebe. Y se bebe mucho. Tanto que es común ver a
gente durmiendo en las calles.
La locura de horarios laborales y de estudios:
Con una alta tasa de suicidios, los jóvenes crecen
presionados para ser los mejores y los mayores para destacar,
frustrándose si no lo consiguen o sintiénse inferiores si no llegan al
objetivo. Los estudiantes se pasan horas en sus pupitres para entrar en
academias preparatorias al salir del instituto. Los mayores cumplen con
un estricto horario de trabajo, dependiendo siempre de la presencia del
jefe y trabajando hasta bien entrada la noche incluso fines de semana.
Hay cosas de Corea que no me gustan nada, y otras que
me enamoran totalmente. Tanto unas como otras, aunque diferentes a mis
costumbres, o quizás aun siendo parecidas (muchos de estos puntos los
encontramos también en nuestros países), he aprendido a aceptarlas poco a
poco, a entender qué clase de sociedad es la coreana y cómo continúa
avanzando, cambiando y abriéndose, que Corea es un país variado y lleno
de contrastes. Como un amigo, este país puede no ser perfecto, pero es
un amigo al que comprendes poco a poco y aceptas.
¿Qué pensáis vosotros?
FUENTE : sIESDESTINO
estoy totalmente de acuerdo hay cosas que no sea perfecto pero lo comprenderemos poco a poco.
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