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OLVIDENSE DE LAS PELEAS Y SOLO PIENSEN EN EL KPOP


Rodeado por un mercado de habla Española que adora los valores de las lujosas producciones de K-Pop y un mensaje alentador, una ola Coreana está extendiéndose a través de América Latina.

El éxito de exportación de artistas como Don Omar y Shakira en años anteriores puede haberle dado al negocio del Pop Latino algunas ambiciones globales, pero en la misma América Latina el sonido que en éste momento está haciendo olas es el “Pop Coreano”, o “K-Pop”.
Manejado por compañías de entretenimiento Sur Coreanas en busca de mercados frescos para sus súper hábiles estrellas musicales, y rodeado de un mercado joven de habla Española que adora los valores de las lujosas producciones de K-Pop y el infalible mensaje alentador, una ola Coreana está extendiéndose a través de América Central y del Sur, atrayendo una gran audiencia e inspirando una devoción de culto.

“Unos cuantos actos de K-Pop están teniendo como prioridad en su gira a América del Sur y a América Latina,” le dijo Jeff Benjamin, de la columna “K-Town” de Billboard, a TIME. “Estos fans van a presentarse.” Alrededor de 13,000 fans se presentaron en el concierto de Super Junior en Lima en Abril, cinco meses previamente, Big Bang atrajo una audiencia de 14,000 fans, bailando y cantando junto con lo que para muchos eran seguramente incomprensibles letras Coreanas (no obstante con el raro grito Español o los coros en Inglés).

Hay un centro comercial en la capital Peruana con pisos enteros dedicados a la música, cocina y ropa Sur Coreana. En YouTube, vídeos de K-Pop con letras traducidas al Español acumulan millones de visitas, como los fans en Perú y en todo el mundo inician sesión para su dosis de K-Pop. En otras palabras, la popular música Sur Coreana ha alcanzado a cierta masa crítica y se ha convertido en un nicho en sí mismo, en todas partes, dice Mark Russell, el autor de “Pop Goes Korea: Behind The Revolution in Movies, Music and Internet Culture.”

Ese nicho – un amalgamiento de entretenimiento espectacular e implacable optimismo, resuena con los adolescentes en las naciones Sur Americanas. Los valores que éstas estrellan representan son casi de “Confucio”, dice el Profesor Patrick Messerlin, un economista Francés quién ha producido un análisis económico del K-Pop y quién a principios de este año dirigió un foro cultural en Seúl sobre la globalización de la música. En su búsqueda, Messerlin encontró que “los presentadores del K-Pop entregan un sentido de modestia y control,” e “insisten en trabajar duro y aprender más” durante las apariciones en público, algo que los artistas de Pop Occidentales no hacen. Su música representa un “nuevo, colorido y alentador comienzo,” y no “un orden mayor”, algo que fácilmente gustará a millones de jóvenes de América Central y del Sur, viviendo dónde los desafíos económicos abundan y no democráticos regímenes comunes. La energía positiva del K-Pop está a un mundo de distancia del introspectivo, saturado y completamente depresivo estilo de mucho del Rock Anglófono, del Indie y del Emo. “[Los Coreanos] dicen, ‘Nosotros entendemos sus problemas,’ explicó Messerlin, “Nosotros también pasamos por eso,”” refiriéndose a la Guerra Coreana y la crisis económica de finales de 1990.

Para los fans, no hay competencia. Las canciones de K-Pop “son hermosas, son decentes”, dice Jenii Ramirez, una fan de K-Pop de 18 años de edad de Colombia, donde la estación de TV, “Caracol”, ha estado transmitiendo un show de talentos de K-Pop, y dónde los conciertos de K-Pop en la capital, Bogotá, atraen a audiencias de al menos 5,000 fans. Los cantantes, dice Ramirez, tienen “dedicación y son enseñados para luchar en la vida, entendiendo que los sueños son alcanzables.”

La elección del momento oportuno del empuje del K-Pop Latino, por supuesto, no es accidente. Del 2008 al 2011, la música Coreana exporta alrededor del mundo más del doble, pero hay evidencia anecdótica que el mercado de su tradicional centro del Este y del Sudeste se está volviendo saturado. El concierto de “M! Countdown Halo Indonesia”, programado para principios de Julio, fue cancelado por “circunstancias locales”. Otros conciertos en Tailandia perdieron sus principales sponsors días antes del evento debido a débiles ventas de entradas. La gran inundación de artistas del K-Pop ha regado simplemente el atractivo de la música. Los gustos, también, están madurando, con cantantes-compositores y bandas alternativas que están haciendo avances en los mercados tradicionalmente dominados por el empalagoso Pop.

En América del Sur, sin embargo, décadas de conflictos, golpes de Estado y revoluciones significan que la gente ha tenido su ración de nerviosismo, autenticidad y angustia. “En Chile, no tenemos nada como el K-Pop. Las canciones aquí mayormente tienen vestigios políticos y sociales, aunque tenemos el ritmo Latino,” una joven mujer de Santiago, quien se junta con amigos en el parque todas las semanas a practicar los últimos movimientos de K-Pop, le dijo a la agencia Sur Coreana “Yonhap News”. “Las canciones Coreanas me hacen bailar y sonreír. ¿Qué más se necesita?”. Pareciera que las capacidades del K-Pop para deslumbrar no están en peligro de disminuir todavía.


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2 Comentarios
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  1. aun no llega a mucho es una moda entre una masa pequeña que no se compara con otros generos, pero no hay duda de que los kpopers van en aumento pero aun son pocos,

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