Las esperanzas puestas por Corea del Sur en retomar el diálogo con su vecino del norte se han prácticamente esfumado antes de empezar. Pyongyang ha obviado la reapertura del teléfono rojo entre los dos países por el simple trámite de no responder a las llamadas de Seúl.
Según el ministerio de Unificación, se hicieron dos llamadas, una a las nueve de la mañana hora local y otra, siete horas más tarde. El Gobierno norcoreano aún no se ha pronunciado acerca de las llamadas.
Las conversaciones, las primeras en seis años – cuando todavía estaba en el poder el padre del actual líder, Kim Jong Un – empezaron con mal pie cuando Corea del Norte anunció su propósito de enviar un funcionario de menor rango a la mesa de negociaciones, instalada en el hotel Hilton de Seúl. El propósito de las discusiones es rebajar la tensión en los dos países, que llegó al paroxismo en 2010, cuando Seúl acusó al norte de hundir la corbeta Cheonam, causando la muerte de 46 marineros.
El pasado mes de febrero, las tensiones entre ambos países volvieron a aflorar cuando Corea del Norte hizo detonar una carga atómica, la tercera de su historia y la más potente hasta la fecha. En abril, en medio de la tensión, el régimen de Kim Jong Un cerró el área económica de Kaesong y expulsó a todos los empleados surcoreanos. Las presiones de Washington y Pekín – el régimen chino es el principal aliado de Pyongyang – y la necesidad del norte de obtener divisas de Kaesong (que da trabajo a 53,000 norcoreanos y genera un comercio anual de 1,540 millones de euros) han obligado a Corea del Norte a volver a la mesa de negociaciones. Queda saber cuándo o como.
FUENTE : 1
